Nota: Esta entrada se publicó originalmente en Me Gusta Volar, un blog de Iberia donde colaboro ocasionalmente.
Una parte muy importante de las operaciones que realizan todos los pilotos, desde los privados en vuelo visual hasta los comerciales de las aerolineas es el trabajo sobre las cartas de navegación. Hasta hace unos años en papel y desde hace algún tiempo en formato electrónico, bien en los paneles del avión en los grandes modelos comerciales o bien para iPad, siempre ha habido un nombre asociado a estas cartas: Jeppesen. Tanto es así que este nombre ha pasado a ser casi genérico y muchas veces se llama a las cartas directamente como las Jeppesen.
Tal vez no sea muy conocido que Jeppesen no es un nombre comercial inventado por algún gurú del marketing, sino que en realidad corresponde al apellido de Elrey Borge Jeppessen.
Nacido en 1908 en Louisiana, desde pequeño pasaba horas mirando y estudiando el vuelo de las águilas, convirtiendo esta afición en prácticamente una obsesión. Con 14 años tuvo la oportunidad de dar un paseo aéreo de 10 minutos -que le costó 4$- en un Curtiss JN4 Jenny, uno de los aviones más populares de su época que sirvió de entrenador para toda una generación de pilotos y que tambien fue utilizado en Circos volantes de los llamados pilotos gitanos que recorrían los pueblos y las ferias ofreciendo su espectáculo y realizando paseos aéreos.
Una parte muy importante de las operaciones que realizan todos los pilotos, desde los privados en vuelo visual hasta los comerciales de las aerolineas es el trabajo sobre las cartas de navegación. Hasta hace unos años en papel y desde hace algún tiempo en formato electrónico, bien en los paneles del avión en los grandes modelos comerciales o bien para iPad, siempre ha habido un nombre asociado a estas cartas: Jeppesen. Tanto es así que este nombre ha pasado a ser casi genérico y muchas veces se llama a las cartas directamente como las Jeppesen.
Tal vez no sea muy conocido que Jeppesen no es un nombre comercial inventado por algún gurú del marketing, sino que en realidad corresponde al apellido de Elrey Borge Jeppessen.
Nacido en 1908 en Louisiana, desde pequeño pasaba horas mirando y estudiando el vuelo de las águilas, convirtiendo esta afición en prácticamente una obsesión. Con 14 años tuvo la oportunidad de dar un paseo aéreo de 10 minutos -que le costó 4$- en un Curtiss JN4 Jenny, uno de los aviones más populares de su época que sirvió de entrenador para toda una generación de pilotos y que tambien fue utilizado en Circos volantes de los llamados pilotos gitanos que recorrían los pueblos y las ferias ofreciendo su espectáculo y realizando paseos aéreos.
Con 18 años, Elrey se enroló en uno de estos circos voladores, haciendo desde acrobacias aéreas hasta wingwalking (caminar sobre las alas del avión en vuelo) y realizó su primer vuelo en solitario tras solo 2 horas y media de instrucción. Eran otros tiempos de alocada aventura. Compró por 500$ su primer avión, un Jenny como el que le había llevado al aire por primera vez y comenzó a realizar trabajos de fotografía aérea. Consiguió su licencia (la número 27 del estado de Oregón) en 1928, cuando llevaba volando ya un tiempo, firmada por el mismísimo Orville Wright.
Poco después comenzó su carrera como piloto de transporte postal en la incipiente Boeing Air Transport -que luego sería conocida, hasta nuestros dias, como United Airlines-.
Poco después comenzó su carrera como piloto de transporte postal en la incipiente Boeing Air Transport -que luego sería conocida, hasta nuestros dias, como United Airlines-.
En aquellos tiempos, los únicos mapas que tenían los pilotos eran los mapas de carreteras o ferrocarril, los accidentes geográficos y sus propios conocimientos rudimentarios de navegación a la estima basados en la brújula y el reloj. Así que Elrey comenzó a tomar notas muy detalladas en un pequeño bloc negro y hacer dibujos de lo que veía desde el aire para su propio uso, anotando altitudes de montañas (para lo cual se subía personalmente a las mismas) por si algún día volvía a pasar por el mismo lugar con nubes o apuntando números de teléfono de granjeros en la ruta a los que no les importara ofrecer informes meteorológicos puntuales.
Pronto empezó a correr la voz de la "Little Black Book" (la pequeña libreta negra), otros pilotos comenzaron a enviarle información para completar zonas diferentes y se empezaron a hacer copias entre los amigos. No pasó mucho tiempo hasta que, casi por demanda popular, en 1934 se fundó la compañia Jeppesen & Co. en Salt Lake City, vendiendo copias a 10$ cada una.
Durante la segunda guerra mundial, Jeppesen se convirtió en el proveedor oficial de cartas de navegación para el ejército, lo que indudablemente contribuyó tanto a su éxito económico como a su expansión al ser usadas masivamente por los pilotos.
Desde ese momento, la compañía no dejó de crecer e innovar, ampliando sus cartas hasta cubrir prácticamente todos los rincones del mundo, incorporando planos basados en GPS, cartas de aproximación instrumentales e integrando sus bases de datos en los primeros sistemas electrónicos a bordo de los aviones comerciales (1973), ofreciendo la cartografía en CDROM en los años 90 con su aplicación JeppView y mas recientemente creando FliteDeck para iPad que (a pesar de su precio) se está convirtiendo en el estándar semi-profesional para pilotos no comerciales. Ademas, claro está, de los servicios para aviación profesional integrados en la aviónica de muchos grandes aviones, o de (sin exagerar) casi una centena de otros productos para aviación militar, de negocios, servicios meteorológicos, navales, accesorios para pilotos y un largo etcétera.
Desde ese momento, la compañía no dejó de crecer e innovar, ampliando sus cartas hasta cubrir prácticamente todos los rincones del mundo, incorporando planos basados en GPS, cartas de aproximación instrumentales e integrando sus bases de datos en los primeros sistemas electrónicos a bordo de los aviones comerciales (1973), ofreciendo la cartografía en CDROM en los años 90 con su aplicación JeppView y mas recientemente creando FliteDeck para iPad que (a pesar de su precio) se está convirtiendo en el estándar semi-profesional para pilotos no comerciales. Ademas, claro está, de los servicios para aviación profesional integrados en la aviónica de muchos grandes aviones, o de (sin exagerar) casi una centena de otros productos para aviación militar, de negocios, servicios meteorológicos, navales, accesorios para pilotos y un largo etcétera.
Podemos asegurar sin duda que Jeppesen, la pequeña compañía que comenzó hace casi 80 años con unas notas a mano en un bloc, tiene un puesto asegurado en la historia de la aviación durante unos cuantos años más aunque probablemente ya no vuelva a usar el papel para sus cartas: desde hace unos meses se ha anunciado el cese de la publicación de las cartas en papel asi que los que disponemos de ediciones de este tipo casi podemos empezar a considerarlas material obsoleto de museo.